martes, 23 de diciembre de 2008

Brincando incertidumbres y fumando cigarrillos



Estaba leyendo un breve artículo que escribió un antiguo profesor mío en ContraPeso.info. Habla de las leyes anti-tabaco y recordé la discusión que alguna vez tuve con algunos fulanos al respecto. Recuerdo que me decían “y yo ¿que culpa tengo de que tu fumes?” y yo pensaba “no, tu no tienes la culpa”. La verdad es que aquí se entra en la polémica del respeto y las libertades.

Yo uso mi libertad al decidir si fumo o no fumo, represente o no un daño a mi salud. Quien no fuma quizá quiera hacer uso de su libertad para respirar aire libre de tabaco y alguien fumando se lo entorpezca. Estrellando ambas ideas no logro definir quien sale ganando, y nadie debería saberlo con facilidad. La cuestión es digna de un pensamiento profundo y no uno simplón.

Pero lejos de resolver esa cuestión se queda el imponer que los restaurantes queden libres de tabaco. Poner al bienestar del cuerpo por encima de la libertad no me parece respetuoso ni civilizado. Por más importante que sea la salud, tenerla sobre la libertad, sería como estar contentos en una jaula gozando de salud.

Los dueños son los que deberían decidir si se fuma o no en su establecimiento y los consumidores son los que debieran decidir si acuden a ese u a otro.

El enfoque principal de Eduardo García es exponer como las decisiones mal pensadas producen daños graves no intencionados. Menciona que la medida gubernamental en cuestión esta causando caídas de consumo los restaurantes y luego desempleo. Mi enfoque en este blog no es el mismo. Yo quiero resaltar que no debemos brincar y dar por hecho las incertidumbres como si ya hubiésemos llegado a su solución de manera implícita.

Lejos de resolver quien tiene más derecho a satisfacer su deseo: el que quiere fumar o el que quiere que su aire este limpio; podemos ver que restringir la libertad de los dueños de restaurantes sería la opción que tomaría quién ya ha podido determinar que el vencedor es el no fumador.

Yo opino que mientras no se llegue a una solución justa en esta reyerta o a una hipotética (y fantástica) situación en la que el mundo esta infestado de humo de cigarro y el derecho de los no fumadores esta siendo pisoteado, en cuyo caso yo apoyaría a la prohibición, no se debería deliberar a favor de nadie siendo que sin ésta nueva regla tanto fumadores como no fumadores y los restaurantes han sido capaces de elegir con libertad su suerte al respecto del cigarro. Ojo que las leyes anti-tabaco son solo una cosa más en la que este fenómeno de omisión se presenta.


Les dejo la liga del mencionado artículo: http://contrapeso.info/articulos.php?id_art=3475&id_sec=1